Pese a que la luna, prácticamente llena, nos jugó una mala pasada y también las nubes hicieron acto de presencia para dificultarlo todo, conseguimos pasar  una noche llena de magia y de deseos para casi todos en todas las localizaciones elegidas para observar la lluvia de estrellas del verano de 2019. Te contamos cómo fue la actividad «Báñate en las estrellas 2019».

Cuatro autobuses salieron casi simultáneamente de nuestras ciudades: Granada, Córdoba, Madrid y Málaga. Cargados todos de clientes, compañeros y amigos con el ánimo de acercarse un poco a la astronomía y un mucho a la sensación mágica de ver una estrella fugaz en el cielo de una noche de verano.

En cada uno de los lugares elegidos nos esperaba un grupo de expertos astrónomos para llenar de contenido científico la observación. Y esta vez más que nunca nos ayudaron a conocer un poco más y a sacarle el máximo partido a aquel cielo tan luminoso y tan lleno de nubes, porque gracias a ellos y a sus explicaciones, el tiempo se nos pasó volando mientras observábamos la luna, Júpiter, Saturno y los pocos astros que se dejaban ver con aquellas condiciones.

Los lugares donde nos esperaban los distintos equipos de astrónomos eran:

  • Granada: El suspiro del Moro, donde nos esperaban los amigos de AstroNoches
  • Córdoba: Parque Periurbano de Los Villares, a los pies de Sierra Morena a manos de los chicos de AstroCórdoba.
  • Madrid: El Boalo, en su ermita a los pies de la Sierra de Guadarrama, con el equipo de Astroafición
  • Málaga: Alfarnatejo, un hermoso pueblo en los Montes de Málaga ilustrado y equipado por los amigos de Astroándalus.

Pues allí llegamos dispuestos todos, más de doscientas  personas en cuatro lugares distintos bajo condiciones adversas pero con ganas de sacarle el máximo partido a la experiencia.

Lo primero fue repartir la cena y mantas para ir haciéndonos con la oscuridad, mientras las primeras explicaciones de los astrónomos comenzaban a ponernos en contexto de por qué estábamos allí, qué íbamos a observar y una serie de informaciones tan interesantes que amenizaron la cena y dieron tiempo al cielo para que anocheciera completamente.

Cada uno se puso cómodo y comenzó a mirar hacia arriba mientras los científicos siguieron con su explicación. El lugar con menos suerte fue Córdoba, donde las nubes no dejaron ver meteoros, aunque en el resto de localizaciones sí pudieron avistar las mágicas y hermosas estrellas fugaces.

Las explicaciones fueron amenas y divertidas, desde los inicios de la astronomía y la creación del universo hasta las diferentes teorías sobre el espacio, las estrellas, constelaciones, planetas, incluso mitología… también hubo lugar para destacar la importancia que tuvo la cultura árabe y en especial Al-ándalus en preservar todo el conocimiento acumulado desde Mesopotamia hasta  la civilización griega y evitar que la Edad Media fuera el oscuro pozo donde se perdieran esta  y otras ciencias y conocimiento.

Todo el mundo prestaba atención con entusiasmo y hacía preguntas al respecto, incluso contaban sus experiencias habiendo visto pequeños meteoritos en otros lugares.

Cada cierto tiempo sonaba un «¡OOOH!» a coro porque varias personas habían visto una estrella fugaz al mismo tiempo. Se creó desde el principio un ambiente familiar, divertido y de unión en todos los grupos.

Como buenos científicos y previsores, los expertos astrónomos habían traído un plan «B» por si el cielo no nos permitía ver estrellas: fragmentos de meteoro para observar en tu propia mano o en un miscroscopio, instrumentos astronómicos e incluso alguno preparó un experimento científico que aprovechando las leyes de la termodinámica era capaz de lanzar un «cohete de agua» bastantes metros por encima de nuestras cabezas (provocando una lluvia que no era de estrellas). Fue nuestra particular celebración de la llegada del ser humano a la Luna.

Cada vez que había un claro en las nubes que lo permitía, orientaban sus telescopios y nos permitían ver la luna, Júpiter con sus graciosos satélites, Saturno con sus anillos y en general los astros más luminosos de aquella noche de verano, ya que con tanta luz de luna y tantas nubes, intentar ver astros menos luminosos era prácticamente imposible.

Mientras, las perseidas seguían recorriendo esporádicamente el cielo siempre seguidos por un grito de asombro y maravilla de los que tenían la suerte de poder verlas.

Ya pasada la media noche, cuando casi todos habían visto alguna estrella fugaz y el cansancio se hizo pesado, volvimos lentamente y con una sonrisa en la boca a las autobuses que nos devolvieron sanos y somnolientos a nuestras ciudades.

Si os habéis quedado con ganas de saber más, podéis curiosear en los siguientes enlaces:

Nuestro amigo Rafa Frías del blog Viajes con Humor preparó este post: https://viajesconhumor.com/como-ver-las-perseidas/

El programa España Directo, de Televisión Española, también se hizo eco de nuestra experiencia: http://www.rtve.es/alacarta/videos/espana-directo/espana-directo-16-08-19/5367417/?t=56m40s

En definitiva, queremos felicitar y dar las gracias a todos los astrónomos que colaboraron con nosotros, a nuestras compañeras que organizaron magníficamente todos los detalles de las experiencias en los distintos lugares y, sobre todas las cosas, agradecer la paciencia, el interés y el cariño demostrado por todos los asistentes a la actividad, una de las pocas que organizamos fuera del agua…

Ya sabéis que el año que viene, más. Tendremos mucha mejor condición de luna (habrá bastante pero saldrá muy tarde, con lo cual podremos ver estrellas si no se nubla mucho). Así que seguidnos en las redes sociales y en este blog para estar al tanto de la organización del próximo año.

Y con respecto a los deseos que hemos pedido…

!Esperemos que se cumplan!