Hay cientos de ciudades que nunca podremos visitar físicamente. Y en las que, sin embargo, millones de personas se refugian cuando necesitan desconectar. Sus creadores son autores de la literatura universal. Responsables de describirnos cómo son los rincones de estas metrópolis. Y hasta cómo son los ciudadanos que las habitaron. Porque “por fortuna Macondo no es un lugar. Sino un estado de ánimo. Que le permite a uno ver lo que quiere ver, y verlo como quiere”. Como dice Gabriel García Marquez del lugar donde se desarrolla Cien años de soledad,

Macondo

5 ciudades que solo existen en la literatura universal

Gabriel García Marquez escribió Cien años de soledad en 1967. Esta novela está ambientada en Macondo, una ciudad imaginaria que ha quedado marcada para siempre en el imaginario colectivo de muchos lectores de todo el mundo. En el libro conocemos la historia de la familia Buendía durante siete generaciones. Aunque se trata de un territorio ficticio, en 2004 se propuso bautizar a Aracataca, la ciudad donde nació el autor, con el nombre de Macondo, ya que se trata de un lugar muy pobre. Pero esta propuesta no fue salió adelante porque no fue aprobada.

Shangri la

5 ciudades que solo existen en la literatura universal

Shangri la es la ciudad donde se encuentra el monasterio tibetano en el que se desarrolla la novela de James Hilton, escrita en 1933, Horizontes perdidos. En la historia un grupo de extranjeros llega a este lugar utópico y paradisíaco situado en el Himalaya. Como los personajes del libro son casi inmortales, muchos aventureros y exploradores han intentado encontrar este paraíso perdido a lo largo de la historia. De esta manera, lo que simboliza Shangri la es la idea budista de Shamballa, un símbolo de un gobierno impecable basado en la sabiduría y está inspirada en los dos libros de Tomás Moro de 1516, Utopía.

Lilliput

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Foto: Javier Carro 

En esta ciudad ficticia viven habitantes de un tamaño minúsculo, menos de 15 centímetros de alto. Se trata de una isla que aparece en el libro de Jonathan Swift, Los viajes de Gulliver. El protagonista de esta novela satírica naufraga con su gran tamaño en las costas de Liliput y es capturado por sus ciudadanos diminutos por miedo a que con sus grandes dimensiones de humano les destroce sus infraestructuras. Su capital es Mildendo. Y está en guerra con la isla vecina, Blefuscu. En la que sus habitantes son seres de tamaño muy pequeño.  

Oz

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Todo el mundo sabe que para llegar a Ciudad Esmeralda hay que seguir el camino de baldosas amarillas. Y ese es el consejo que le da la Bruja Buena del Norte a Dorothy para que encuentre al poderoso Mago de Oz, el único que sabe el secreto para regresar a Kansas. La Tierra de Oz es un lugar fantástico habitado por personajes que conocemos de la literatura y también del cine: brujas buenas, brujas malas, un espantapájaros que puede hablar, un hombre de hojalata, un león cobarde, un mago y una niña que ha sido empujada por un tornado a este mundo de fantasía junto con su perro, el entrañable Totó.

Nunca Jamás

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Hacemos alusión a Neverland o el País de Nunca Jamás cuando nos estamos haciendo adultos. Pero vamos viendo las complicaciones que esto traerá y por un momento nos negamos a crecer. No obstante, allí vivirán para siempre Peter Pan y Campanilla. J.M Barrie escribió este libro que transcurre en un país imaginario en el que los niños nunca crecen y, por lo tanto,  pueden jugar y divertirse toda la vida. Aunque originalmente era una obra de teatro infantil, las aventuras de sus personajes son universales y traspasan cualquier barrera de edad.   

Sin embargo, nos faltan muchas más. Wonderland o el País de las Maravillas de Alicia; La Tierra Media de El señor de los anillos; las ciudades de Narnia; la Ínsula Barataria de Sancho Panza; … Lugares llenos de fantasía y libertad. Ciudades donde todo es posible; reinos que no necesitan tener una localización física porque ya pertenecen al imaginario colectivo universal. Rincones en los que disfrutamos en su día a través de la imaginación y a los que podemos volver a refugiarnos siempre que así lo deseemos.