Córdoba es una de esas ciudades para descubrir por partes, en distintos viajes. Sorbito a sorbito, de una forma sosegada y disfrutona. Como quien saborea un plato deteniéndose en las texturas y aromas, cerrando los ojos y sonriendo a cada descubrimiento. Cada uno de sus meses nos muestra un capítulo de su historia. Abril nos ofrece su Semana Santa, con sus pestiños y torrijas. Nos obsequia también con su cata del vino Montilla-Moriles y su tradición vitivinícola. Abril es su despertar a la primavera, con su Córdoba en Azahar y la preparación de sus patios. Asómate a la parte más slow de la ciudad califal y paladea su esencia lentamente.

Córdoba y el despertar de la primavera

El sabor de la Semana Santa

La tradición de Córdoba durante estos días también se puede guardar en un recuerdo que estimule a nuestras papilas gustativas. Y si hay que elegir, uno acude a sus rincones con más solera. Como el “Horno de la Cruz”, establecimiento abierto desde 1880, que destaca por sus pestiños y torrijas, que se venden por kilos en esta fecha. Aunque también sea famoso por su pastel cordobés y empanadas caseras. Su concurrida clientela solo nos dice cosas buenas del lugar y es que es muy normal esperar colas de esas que se extienden más allá del local y llegan hasta la calle.

Córdoba y el despertar de la primavera

Durante estos días Córdoba sabe también a buñuelos, ochío y arroz con castañas. Otros lugares con tradición donde pedir esta repostería típica son El Brillante, que destaca por sus huesos de santo o La Catalana, que rellena sus torrijas de crema pastelera y las acaba con miel y azúcar.  

La alegría cabe en un atardecer cordobés

Las calles de la ciudad se llenan de desfiles procesionales, luces tenues de cirios, y suenan a saeta. Esta Semana Santa se caracteriza por ser una de las más relevantes de Andalucía, ya que las procesiones tienen lugar en su casco histórico, considerado Patrimonio de la Humanidad. Y entre recorrido y recorrido para ver algunas de las imágenes más destacadas como El Rescatado o El Esparraguero, es un buen momento para disfrutar de los rincones de la ciudad, ya que el ambiente se vuelve solemne, teatral y mágico a la vez.

Córdoba y el despertar de la primavera

 

Perderse por sus callejuelas enrevesadas y ver atardecer desde alguno de sus muchos rincones del entorno de la mezquita-catedral es un lujo Y si hablamos de paradas para disfrutar de su gastronomía se vuelven imprescindibles las Bodegas Mezquita, la Casa del Pedro Ximénez o el Horno de San Luis. Lugares perfectos para repostar y disfrutar de los productos típicos cordobeses. Porque abril es el mes de la alegría en Hammam Al Ándalus y no se nos ocurre nada mejor para despertar a este valor que mantener contentos a nuestros sentidos.

El comienzo de la primavera

Uno de los símbolos que anuncia la llegada de esta estación en Córdoba es la Cata del Vino Montilla-Moriles, que este año se celebra entre el 19 y el 23 de abril. Es una cita perfecta para conocer esta Denominación de Origen que aúna los vinos que dan fama a la provincia en toda España. Destacan el Pedro Ximénez, el Fino, el Amontillado, el Cream o el Oloroso. En esta feria participan más de 20 bodegas y es una de las citas más importantes de la provincia como destino turístico vitivinícola.

Córdoba y el despertar de la primavera

Ya huele a azahar, llega la primavera

Córdoba en Azahar nos anuncia la llegada de esta estación y el estrecho vínculo que la provincia tiene con sus patios. Azahar proviene del árabe hispánico y del árabe clásico y significa flores, símbolo de la primavera en Córdoba con sus aromas y colores desde el mes de marzo y hasta mayo. Flamenco, romerías y gastronomía con sabor y olor a esta flor. Y una tradición muy curiosa, poder enviarle de forma postal o digitalmente a un amigo una flor de azahar para avisarles de que ya ha llegado la primavera. ¡No se nos ocurre una forma más bonita de celebrar con los demás esta estación!

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