Los espectáculos más sobrecogedores y bellos se observan en presencia de un compañero de viaje y de vida al que a veces no tenemos muy presente, el silencio. Imagina por fin poder ser testigo de una aurora boreal; llegar a la cima de una montaña después de horas de caminata justo cuando atardece; mirar a los ojos a tu hijo por primera vez. El silencio enaltece los momentos únicos.