Granada, escenario idílico para soñar. Territorio de convivencia de culturas. Refugio de artistas e intelectuales. Lugar donde la tradición y la modernidad coexisten sin pisarse, complementándose y enriqueciéndose. Ciudad para la experimentación en la música, en la literatura, en el cine… El único rincón en la tierra donde podría haberse desarrollado un proyecto como Cinemística. Un festival que que este año celebra su tercera edición y del que Hammam Al Ándalus es el patrocinador oficial. Hablamos de su historia, de luz y de agua con su director y fundador, Manuel Polls Pelaz.
¿Cuántas cosas nos pertenecen? Objetos, muebles, ropa, vehículos… A lo largo de nuestra vida podemos acumular miles de materiales. Todos forman un mosaico que ocupa nuestro hogar pero, en ocasiones desemboca en un horror vacui desordenado y nos deja sin ningún espacio para el tan necesario vacío. Si tuvieras que ir por tu casa cogiendo uno a uno de los objetos que posees y te preguntaras directamente “¿me hace esto realmente feliz?” ¿Cuál sería tu respuesta? Marie Kondo, la autora del libro La magia del orden (Aguilar, 2014), nos da algunas claves para vivir en armonía y prescindir de todo lo material que, lejos de aportarnos algo positivo, nos lastra.
Nos pasamos la vida añorando historias excepcionales. Soñamos con ser los protagonistas de relatos sacados de películas. Y entre sueño y sueño se nos escapa lo más inmediato. Lo cotidiano, lo que nos rodea a diario, guarda una belleza extraordinaria. Uno de los fotógrafos más emblemáticos del siglo XX se encargó de capturarlo, Robert Doisneau (Gentilly, Francia, 1912-1994, Montrouge, Francia).
Cinemística es un festival de cine que tiene como escenario Granada. La ciudad será testigo durante treinta y dos días de una extensa programación que aúna experimentación, espiritualidad y vanguardia. Estos contrastes son sello de una ciudad marcada por la tradición y la modernidad. Y son también parte de la idiosincrasia de Hammam Al Ándalus, que este año será será patrocinador oficial de esta iniciativa que ya celebra su tercer año de vida.
Hasta el nombre de las calles es lorquiano en Granada. Pasear por esta ciudad, coronada por la Alhambra, constituye un acto solemne, si tenemos en cuenta cuántas culturas pusieron su grano de arena para que su belleza sea hoy tan intensa. Esto se intensifica cuando recordamos a todos los artistas que en algún momento la hicieron su musa. Y, de repente, en nuestro camino, al mirar hacia arriba, descubrimos nombres de travesías, que más nos podrían recordar a un fragmento de una canción flamenca o a un poema escrito en alguno de sus miradores, que a una avenida común de cualquier localidad. Caminar por esta ciudad nuestra tiene mucho de onírico. Hemos recopilado algunos ejemplos que lo demuestran.
El tiempo nos teje la vida y el vértigo. Nos persigue, llega, se nos acerca, nos precipita, nos adelanta. Huye como un vulano en el aire. Todos lo conocemos. En su poder nos obliga al juego perdedor de combatirlo. De renunciar a la fuga y al vacío. Al sueño de no consumarlo y de no consumirnos. Hay quien aprende a compartimentar sus exigencias. A pactar prioridades, escondites y momentos en blanco.
Noviembre inaugura el ciclo del tiempo, para recordarnos que nada es para siempre. Encendemos velas, como cuando cumplimos años y las apagamos aferrándonos a un deseo, dejando ir con ese soplo toda preocupación, liberándonos.