En Hammam Al Ándalus seguimos apostando por el deporte rey. Este sábado, 30 de abril podrás disfrutar de varias actividades. En las que el ajedrez será el protagonista. Para esta jornada tenemos la suerte de contar con dos invitados de lujo. El Gran Maestro Internacional y 8 veces Maestro Nacional de Ajedrez, Miguel Illescas. Y la Gran Maestro Femenino, Olga Alexandrova.
Miguel Illescas (Barcelona, 1965) empezó a trabajar para la compañía IBM. Cuando tuvo que anotar en un folio los puntos débiles del ajedrecista Gari Kaspárov, se quedó en blanco. Más tarde este capítulo quedaría registrado como uno de los grandes hitos en la historia de este deporte. Ya que por primera vez una computadora derrotó a un campeón del mundo. Miguel Illescas fue asesor de este proyecto como ajedrecista e informático.
Ya lo decía el Gran Maestro ruso de Ajedrez y escritor David Bronstein. “Jugar una partida de ajedrez es pensar, elaborar planes y también una pizca de fantasía”. Porque, añadía, “el ajedrez es imaginación”. Y de fantasía e imaginación saben mucho los más pequeños. Ayer se celebró en Hammam Al Ándalus el I Torneo Infantil de Ajedrez en el Agua de Madrid. Y fue todo un éxito.
Cada uno de nosotros es distinto, por eso reaccionamos de manera diferente ante determinadas situaciones. Sin embargo, en Hammam Al Ándalus nos hemos basado en una prueba irrefutable para escribir este post, los comentarios que nos regalan cada día nuestros clientes. Si vienes a alguno de nuestros hammam vivirás en primera persona algunas de estas experiencias. Déjate llevar y siente todo esto tú también. ¡Te esperamos!
Párate a pensar cuántos momentos al día dedicas a estar en auténtico silencio. Un solo instante en toda su plenitud dedicado a estar en armonía contigo mismo. ¿Difícil, verdad? Si reflexionas sobre todo lo positivo que puede traer a nuestra vida el silencio, le reservarías un hueco privilegiado en tu agenda.
Tenía tan solo 8 años cuando uno de sus tíos le hizo una pregunta. Fue durante una de las numerosas comidas familiares que se celebraban en la antesala del verano. “¿Qué quieres ser de mayor?”. Estaba confusa por desconocer nombres complejos de trayectorias profesionales. O incluso de intuir que esa era la respuesta que tenía que dar. Y desvió su mirada hacia la persona con la que más cómoda se sentía en el mundo. Su sonriente abuela María. “Feliz, de mayor quiero ser feliz”, contestó.