Las celebraciones del verano nos sorprenden por su originalidad y diversidad. Muchas de ellas tienen un elemento en común, el agua. Estas fiestas se repite cada año en los municipios de toda la geografía. Y casi siempre acaban de la misma manera. Cubos, mangueras y hasta globos de agua sobrevuelan las calles dejando a sus participantes empapados. No hay quien se libre de un buen remojón. Aunque cada una de ellas tiene un origen distinto, algunos de ellos asombrosos.